sábado, 25 de julio de 2015

La tiranía del "ir a más"


Mientras preparo el desayuno en la cocina escucho un anuncio en TV: "con el tiempo, los blancos se vuelven grises. ¿Y si el nuevo Vanish Gold pudiera cambiar eso?"


Vosotros diréis: ¿y qué tiene este mensaje de especial? ¿no es un anuncio más de detergente o similares? ¿no se basa en la misma estrategia que usan otras muchas marcas como Colon, Ariel o incluso - aplicado a platos y no a ropa - Fairy?

Seguramente sí pero en mí se han activado ciertos pensamientos e incluso recuerdos. Me ha dado qué pensar... quizá no por el contenido del anuncio en sí mismo, ni por su mensaje de producto, sino por la mentalidad que encierra de fondo: avanzar, mejorar, superar, ir a más, no detenerse, no parar... porque ¿parar es estancarse? ¿parar es "morir" en el caso de una marca?


Y de repente recordé el primer día que entré en una empresa en la que trabajé durante muchos años - y a la que tengo especial cariño -. Me había mudado de Barcelona a Madrid. Mi primera experiencia de trabajar tan lejos de mi hogar... y supongo que mis ojos eran muy similares a los de un búho, intentando asimilar de golpe todas las novedades. Y ahí encontré una gente que me arropó enseguida y que me invitaron a que fuera a comer con ellos. Era mi iniciación.

Durante aquella comida varias compañeras me explicaron el alto nivel de exigencia de la empresa y el sistema de los "appraisals" o evaluaciones de rendimiento. Y es ahí cuando empiezan las "historias de miedo": evalúan tu trayectoria y como no lo superes te echan de la empresa. Fulanito y fulanita fueron fulminantemente despedidos en los últimos appraisals porque no fueron capaces de superar el nivel y pasar al siguiente grado de expertise...

Claro, para mi - con mi alto nivel de autoexigencia - fue como una especie de golpe de angustia y presión. ¿Seré capaz de superarlo? Y si no... ¿cómo enfrentarme a que me despidan? A que te digan: no vales, no progresas, no vas a más... ¡Qué agobio sentí!

Luego te das cuenta de que las cosas son más sencillas o naturales que cuando te las cuentan, y que las evaluaciones son un mecanismo que se utilizan para mostrar externamente algo tan intangible como el "progresa adecuadamente".

Sin embargo, siempre me surgió una duda en este mismo campo: ¿y si ese técnico no progresa tal y como se le pide? ¿y si simplemente sigue haciendo sus cosas correctamente pero no tiene aptitudes para pasar de Jefe de Estudios  a Account Manager? ¿y si simplemente lo que no quiere es ser Account Manager porque la parte comercial que implica no va con su estilo? ¿qué pasará entonces? ¿se modifica el puesto? ¿se cambia a la persona? ¿o sale del sistema?

Mi reflexión de fondo es: ¿por qué hay que "progresar" de manera incesante? ¿porque no se acepta que simplemente sigas haciendo bien lo que haces? ¿y por qué hay que hacerlo en una única dirección: a más? Más blanco, más limpio, más rápido, con más vitaminas, con más variedad de sabores, o... bueno... menos calorías, menos grasas.

En el fondo el ir a "más" es la opción más segura desde el continuismo. Digamos que es la mejora más fácil y simple que hay... Es obvio, es directo, es lineal... pero, sinceramente, desde mi perspectiva es "aburrido" e inmovilista. Para mí "ir a más" no es "ir a mejor".

En esta empresa en la que trabajé se daba un gran peso a la innovación: cómo generar procesos de innovación, cómo crear nuevas ideas, cómo apoyar lanzamientos de productos innovadores, etc. Y recuerdo que en muchas presentaciones siempre partíamos de una frase de John Ford - algo así como un gran insight - : "si les hubiera preguntado a mis clientes qué querían, me hubieran dicho que un caballo más rápido"... pero claro, de ese  modo nunca hubiera llegado a crear lo que creó: el primer coche.

Y esta es la clave del progreso para mí, quizá porque siempre me han convencido las teorías "difusionistas" donde el "ir a mejor" implica abrir la mente y recoger inputs ajenos a la categoría, ajenos a tu cultura, ajenos a tu modo de ser. Abrir la mente y romper esquemas. Entender que el "ir a más" se agota en su propia definición... tiene una fecha de caducidad preconcebida ya que de antemano sabemos que llegará un punto en el que física y humanamente no se pueda ir a más.

Y todo este rollo (o "paja mental") para qué, ¿qué quiero decir?  Básicamente para llegar a dos reflexiones:


  1. "Ir a más" no siempre implica una mejora. Incluso ir a más puede suponer ir a menos en la medida en que te enfocas en el más y no ves que lo que se necesita es un cambio, una ruptura. Romper con lo existente para abrir paso a nuevos conceptos. Me explico, tomando el ejemplo de Vanish, si mañana voy al supermercado y veo 4 tipos de Vanish... ya no voy a saber cuál es el que me da "más", miraré el precio y los beneficios que me comunica, pero me confunde y me hace sentir que si realmente ha mejorado la fórmula en el último producto, entonces ¿por qué mantiene el resto? Sin embargo, si el mismo Vanish lanza un nuevo formato, un nuevo sistema o lo que sea, ahí ya sí que tendré una sensación de mejora real (o al menos una intención más valiente de mejora)
  2. "Quedarse dónde se está" (ej. mantener una fórmula, mantenerse en un mismo puesto a nivel laboral, mantener la misma esencia en un logotipo....) no tiene porque ser negativo, ni sinónimo de no avanzar, sino que también puede indicar el haber alcanzado el nivel óptimo.
En definitiva, se trata de entender en cada caso qué es lo necesario. Se trata de que nos independicemos de la "tiranía del ir a más".



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